Un pulp de lujo
EL PITON BLANCO (White Phyton, 1933)
Autor: Mark Channing
Colección: Biblioteca Oro n°42
Edita: Molino, Buenos aires, 1939.
Colin Gray, agente del Servicio Secreto británico, debe partir para el Tibet para evitar una rebelión orquestada por un guerrero mongol que puede hacer que fuerzas foráneas controlen ese país. Para logarlo debe meterse en una intriga interna entre grupos lamaístas y entrar a un mundo subterráneo de criaturas semi humanas. Que por supuesto son gobernados por una fabulosamente hermosa mujer, su diosa viviente, cónyuge del Pitón Blanco. Que espera que Gray cumpla la profecía y se convierta en su consorte. Y que no acepta un no como respuesta. Ni que el tipo ande obsesionado con una aviadora británica que justo se cayó ahí.
Mark Channing era (de acuerdo a información que conseguí en el invaluable Foro de los Pulps) un escritor inglés de la década del treinta que escribió varios libros de aventuras ambientadas en lugares exóticos, como el Tibet. Si sirve de muestra esta historia, sus argumentos no eran lo que se dice coherentes pero sí estaban plenos de esos momentos pulp que a todos los que leemos nos gustan. Tenemos una malvada sexy, sacerdotes contrahechos física y mentalmente, criaturas desconocidas por el hombre escondiéndose en las cavernas, asombrosos poderes de la mente, escenas orgiásticas, uso de drogas, tesoros ocultos, asesinatos rituales, reptiles gigantes y una explosión que termina con todo. Todo eso enmarcado en una tapa de obvias connotaciones sexuales (sino me creen, mírenla: una chica desnuda y un palo largo y cabezón que la apunta… Una tapa con la sutileza de un gancho al hígado). ¿A quién le importa, tras todo eso, una historia creíble?
Respecto al coeficiente "peligro amarillo" de la ecuación, la sensación es que Channing sabía poco de los lamas. Que son vistos como una suerte de adoradores del demonio, poderosos pero entre incomprensibles para el ser humano normal-occidental (si son buenos) a decididamente malévolos (si son villanos). Tienen calaveras como decoración religiosa y no adoran a dioses estrambóticos pero sedientos de sangre. O algo así. Eso de que son mas buenos que Lassie (imagen recurrente que nos dan obras como Horizontes Perdidos, Siete Días en el Tibet y que continuamente nos mete en la cabeza el actual Dalai Lama exiliado) para Channing es una falsedad redomada. Astutos tal vez; pacificos, mi abuela. Más bien se parecen los villanos de Indiana Jones y el Templo de la Perdición.
En fin, que es un paseo de esos por lugares exóticos de aventuras. No será un Salgari pero, no está nada mal. Ojalá encuentre otras historias de este muchacho...
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marqués de ferblanc -